
El Papa Francisco ha bajado los sueldos de los sacerdotes a un 10% en el Vaticano, mientras que un 8% a los jefes de los ministerios vaticanos, y un 3% de los religiosos, pero se mantendrá la nómina de los laicos, ante la situación económica que arrastra el Estado.
Esto se debe a la medida de contención de gastos para el personal de la Santa Sede, la Gobernación de la Ciudad del Vaticano y otros organismos relacionados, con un muto propio, y un documento firmado por el pontífice.
“A raíz de la emergencia sanitaria provocada por la propagación del COVID-19, que afectó negativamente a todas las fuentes de ingresos de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano”, así lo explicó el Papa.
También se indicó que desde el 1 de abril del presente año hasta el 31 marzo del año 2023 se suspenden los incrementos de antigüedad por dos años, a excepción de los trabajadores laicos, desde el primer y tercer escalafón, es decir, los sueldos más bajos.
Estas restricciones también se vinculan al Vicariato de Roma, a las Basílicas papales de San Pedro en el Vaticano, de San Juan de Letrán y de Santa María la Mayor, así como a la Fábrica de San Pedro y a la basílica de San Pablo de Extramuros.
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